martes, 14 de agosto de 2012

Como en casa en ningún sitio

Mis hijas , creo yo, tienen muchos "gérmenes" de mi familia paterna. Todos excéntricos y raros. Maniáticos. Yo también.

Yo, por ejemplo, no puedo comer cantidad de cosas ; odio el pescado, la caza, el conejo, las ostras, los percebes, los caracoles, la leche, ....Para qué seguir??? Me da un asco terrible la comida china y no encuentro el por qué a sus exquisiteces.... Lo de los rollitos primavera..es que, vamos, ..sólo con nombrarlos me dan escalofríos....Qué tendrán dentro ??? Os sabéis la historia de los chinos que nunca mueren en España...??? Y la comida japonesa, o libanesa, o guineana, o ecuatoriana, o.....Por Dios, que asquito!!! Y comer en tascas o restaurantes donde los vasos pringan, las cucharas tienen pequeños residuos secos o el maitre se mete la mano en la nariz como he visto yo a tantos???? Dios!!!!
No puedo con ello.
También soy superticiosa, mucho. Y creo en el destino y en los presagios. Y tengo experiencias vitales que me demuestran que hay avisos, que los muertos nos hablan y nos dicen, que nos cuidan, que están cerca pero que casi nunca somos capaces de descifrar sus mensajes ..
Nada de la Guija ni nada de eso....eso me da miedo y me repugan. Son percepciones, sentimientos , palpitaciones que tengo desde niña.
Nací de pie, en año bisiesto, en febrero y en domingo, presagios todos de una vida distinta y quizás feliz y grande...
No soporto el calor intenso, ni los mosquitos, ni las moscas, ni los bichos en general...por eso nunca viajaré a países tropicales y exóticos...Sólo de pensar en encontrarme una iguana, o una araña mono, o un saltamontes mariposa , me hundo en la miseria. !!Si me dan terror las salamanquesas!!! Por eso he decidido viajar únicamente a los lugares donde llegó el Imperio romano. Nada más. El resto, lo veo en Internet cuando me dejan mis manías y peculiaridades. Con lo cerca de casa que está ahora todo !!.
Como en casa, en ningún sitio, decía siempre mi tío Paquito que trabajaba en una Agencia de viajes allá por los setenta y viajaba mucho porque le salía gratis: "Como en casa en ningún sitio " decía cuando abría la puerta de su piso de la Cava Baja tras uno de esos horribles y casi gratuitos viajes que hacía tan a menudo. Cómo en casa en ningún sitio.

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